En una entrevista para el magazine GQ, el cantante latino Romeo Santos habló sobre su lado más “salvaje” -durante las giras o en su día a día-, mientras se paseó con los productores por su territorio natal, Bronx, Nueva York.

En sus shows, a este famoso artista de la bachata le gusta interactuar con el público, como si lo conociera desde siempre. Una vez, según contó él mismo, se presentó una mujer joven en primera fila con su novio.

Invitó al sujeto al escenario, le estrechó la mano y le pidió que se diera vuelta. Luego sin saberlo, Santos bajó hasta donde estaba la novia del “incauto”, y le dio un beso en los labios que hizo enloquecer a la multitud.

Así son sus espectáculos. Llenos de polémica y sex-appeal. Romeo brinda un poco de “romance” a sus seguidoras, y eso siempre da de qué hablar en las redes sociales y medios de prensa. Pero, lo que tal vez no sepan es que su alter ego se queda allí, una vez se apagan las luces.

“Siempre he sido extremadamente tímido. Creo que así es como comenzó todo: me di cuenta de que no iba a ser capaz de llevar esto a cabo con mi verdadera personalidad”, dijo a GQ con voz gruesa, comparado al tenue sonido que emite en sus hits.

Su verdadero yo es un hombre de familia de orígenes dominicanos y puertorriqueños, que toma esa personalidad pícara para destacar en la industria. Por el contrario, el hombre que vemos en videos como Perjurio, Eres mía, entre otros, nos muestra un lado indomable con aire de sex simbol.

“Es curioso, pero incluso cuando no estoy actuando y me pongo cierta ropa, me siento diferente. Hay prendas que sacan lo mejor de mi y la gente siente eso. Siente el cambio. Es importante saber qué funciona, en ocasiones cuando quieras destacarte del resto”, aconsejó Romeo.