
Tokio, Japón – 21 de agosto de 2025. La industria del entretenimiento japonés vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez el protagonista es Shion Tsurubo, de apenas 24 años y estrella del grupo juvenil JO1, quien fue condenado por un tribunal de Tokio a pagar una multa de ¥100,000 (unos 675 dólares) tras admitir que jugó en un casino online ilegal.
De acuerdo con la investigación, el cantante se conectó desde su celular a la plataforma extranjera K8 entre mayo y junio de 2024, donde probó suerte en ruleta y otros juegos. El detalle que más sorprendió a sus fans es la magnitud de las apuestas: depositó cerca de 15 millones de yenes (104,000 dólares) y terminó perdiendo casi la mitad.
La noticia cayó como una bomba en el mundo del espectáculo nipón. La agencia que lo representa, Lapone Entertainment, reaccionó de inmediato: anunció una suspensión de 10 días para el artista y se disculpó públicamente con los seguidores, prometiendo reforzar sus políticas de cumplimiento. En redes sociales, el debate estalló. Mientras unos critican la conducta del ídolo, otros consideran que la multa es insignificante frente a las cifras que movió.
En Japón, donde el escándalo es casi tan castigado como el delito, los artistas enfrentan un doble juicio: el legal y el mediático. La legislación local prohíbe el juego online no autorizado, y aunque el país avanza hacia la apertura de casinos físicos con la Ley de Resorts Integrados, el juego en línea sigue siendo un terreno prohibido. Para una estrella como Tsurubo, el verdadero costo podría estar en su imagen, contratos publicitarios y la confianza de sus fans.
Así, lo que empezó como una “apuesta digital” terminó convertido en un drama de showbizz: un recordatorio de que, en Japón, los tropiezos personales de los famosos no se quedan en privado… siempre terminan en los titulares.